¿Que tienen en común la Casa Ugalde de José Antonio Coderch y la Casa en Mallorca de Álvaro Siza?

La predominancia de los paños blancos bañados por la luz del sol y el reflejo del Mar Mediterráneo en un juego de volúmenes agrupados en armonía con una naturaleza de pinos y laderas de matorrales de costa rocosa. Estos son algunos de los ingredientes que consiguen crear una sucesión de espacios interiores y exteriores en una continua relación del dentro y fuera. La transición de los espacios del refugio interior del hogar hacia el privilegiado clima del Mediterráneo, pero siempre con huecos que abren la vivienda de una forma muy controlada buscando miradas intencionadas de paisajes o de luces que resbalan hacia el interior en un ejercicio sutil de control de la luz solar en el interior de la vivienda.

Todo tiene una razón de ser en estas ejemplares arquitecturas residenciales, sacar el máximo partido al exterior y a su paisaje con estancias orientadas a las mejores vistas del lugar. Los volúmenes blancos reflejan la radiación solar y señalan su presencia entre el color verde de la vegetación en ladera. Estas estrategias de controlar muy bien la apertura de huecos hacia el exterior permiten un mejor comportamiento energético de la vivienda que junto con las profundidades de huecos y voladizos evitan la radiación solar directa en los meses de sobrecalentamiento.

Se trata de dos ejemplos que nos permiten recordar las grandes ventajas de esta arquitectura más doméstica y menos tecnológica, frente a las actuales viviendas unifamiliares, donde todo es hueco, predomina el vidrio, y el control lumínico es difícil. Existe una proporcionalidad del hueco frente al tamaño de la estancia, esta relación ayuda a conseguir un equilibrio de intimidad, de luz, privacidad, y vistas lejanas orientadas. En la Costa del Sol esta arquitectura doméstica encuentra muy bien su lugar, con un clima suave y soleado, en ubicaciones en ladera con la presencia de pinos, vegetación baja y vistas al Mar de Alborán hacia el sur. Sin duda las lecciones de estos dos grandes maestros de la arquitectura (José Antonio Coderch y Álvaro Siza) nos recuerdan los grandes atractivos de la modernidad atemporal de su forma de entender la vivienda mediterránea.

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